Muchos años de historia y de respeto por esta profesión.

Hace poco que nos hemos embarcado en la compra de nueva maquinaria para hacer que algunas de las pruebas que realizamos sean más seguras y eficientes.

Y echando la vista atrás, en cuanto a qué decisiones e inversiones habíamos tomado a lo largo de toda nuestra existencia, hemos podido comprobar que antes de hacerla siempre hemos tenido en cuenta dos cosas:

  • Que la nueva inversión nos haga ser más certeros a la hora de recomendar un tratamiento o terapia a un paciente.
  • Y que nos permita a todos ganar tiempo y actuar, sobre todo antes de que los síntomas o dolencia se complique más de lo deseado.

Pero,¿cómo empezó todo esto de la clínica?

Como nos gusta hacer las cosas bien e investigar concienzudamente, qué mejor que hacerlo esta vez para nosotros mismos.

El resultado ha sido de lo más revelador, ya que han sido confirmadas todas las historias que abuelos y bisabuelos nos contaban y a las cuales les prestábamos no mucha atención, para qué mentiros.

Los primeros registros médicos en la familia provienen de un familiar de Nantes (Francia), cuyo hijo estudió medicina en Madrid allá por el 1885. Juan Richer y Turión, pues era así como se llamaba, fue nombrado médico de la corte. La reina Isabel II le asigna un encargo muy especial, reabrir el Hospital de San Carlos situado en el Real Sitio y Villa de Aranjuez.

¿Os imagináis esos tiempos? increíble, ¿verdad?

Clínica Richer más de 4 generaciones de dedicación y respeto a la salud.

Más adelante su otro hijo Carlos Richer López, abrió el primer consultorio ubicado en la calle del Príncipe. Allí se atendía principalmente a empleados de la Caja Real de la Renfe, a empresarios y agricultores de la zona.

Carlos tuvo un hijo, Carlos Richer y Moreno Luque que también siguió con la tradición médica familiar. Estudió medicina en Valladolid y realizó la especialidad de radiología en el Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Es en esta época cuando la clínica se traslada a los bajos del edificio de la calle Almíbar, ya en el año 1985.

Al principio el consultorio atendía medicina general pero pronto destacó por el uso de las nuevas técnicas radiológicas, mucho más fiables y rápidas que las ya conocidas.

Aparato digestivo, ginecología, sistema endocrino, nutrición, se fueron sumando nuevas especialidades y con ello aumentó considerablemente el número de pacientes atendidos, siendo necesario ampliar el cuadro médico y el equipamiento.

Es el matrimonio Richer González el que decide adquirir un nuevo local para dar cabida a las nuevas necesidades de espacio y servicios.

En 1997 la clínica se traslada a la actual dirección, los bajos de la calle del Rey incorporando equipamientos de última generación de la época como el TAC, el RM, las ecografías y las densitometrías oseas y dando también mayor protagonismo a los tratamientos de rehabilitación.

Y desde aquí hasta nuestros días.

Sin perder ni un ápice de interés por la profesión y por ser de utilidad a los vecinos de la zona.